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Senderismo y escalada en un rincón desconocido

Cuesta Collado (1 km antes de llegar a Molinos desde Berge)
Aproximadamente 2 horas
El recorrido se puede hacer a pie o en coche (menos el último kilómetro). Un kilómetro antes de alcanzar la población de Molinos parte una pista a mano derecha. La pista principal cruza el cauce del barranco, y en tres kilómetros alcanza la ermita de Santa Lucía, a mano derecha. Una parada permite visitar el edificio del cual sobresale su esbelta torre de ladrillo. A escasos metros también puede admirarse un gran ejemplar de carrasca. Continuando por la pista, poco más adelante, arranca un sendero junto a una paridera, donde se puede dejar el vehículo. Se pasa a la margen derecha y poco a poco el barranco se va estrechando. En media hora por la senda se alcanza el precioso rincón donde cae una cascada con una balsa en la parte inferior.
Depende de la edad de los niños se puede dejar el coche más o menos cerca.

Todo el año

¿En qué consiste?

Son poco más de dos kilómetros de senda si sumamos la ida y la vuelta, una senda que en el último tramo discurre entre bosque de ribera y mediterráneo. Acompañados en cada uno de nuestros pasos por pinos carrascos, chopos, sabinas quejigos, encinas… y en lo más alto, un vigía de excepción, el buitre leonado, uno de los mayores rapaces de la Península Ibérica.  Al final, cuando los grandes árboles que nos acompañan nos dejan ver la pared de roca que nos cierra el paso, es cuando vislumbramos este magnífico lugar que parece de ensueño.

Evoca el recuerdo de aquella mítica escena de la película “El Lago Azul”, donde Christopher Atkins y Brooke Shields se demuestran todo su amor en un pequeño lago, bajo una preciosa cascada. Es un salto de unos veinte o treinta metros. El agua impacta en un saliente de roca caliza, cubierto ya por la húmeda vegetación, y la distribuye por las paredes de alrededor, lo que provoca un verdor, digno de cualquier rincón del Amazonas, que ilumina el lugar. Apetece sentarse, observar, escuchar el canto de los pájaros y el dulce sonido del agua al caer esparcida sobre el pequeño lago formado a los pies de la cascada.

(Texto de @Explorador de proximidad)

Información adicional

– Para los amantes de la escalada, en la zona hay numerosas vías abiertas de diferentes niveles.
– Recientemente se ha marcado en esa misma zona, un sendero de acceso a la «Caleja del Huergo», en Ejulve, un rincón también imprescindible.
– Llevar ropa cómoda, agua abundante, sobre todo en verano, y atender a los consejos practicos a la hora de disfrutar del senderismo.

¿Cómo disfrutarla?

Desde Molinos, acceder por la pista señalizada en dirección al Pozo del Salto. Se puede dejar el coche más adelante. Se puede también realizar andando, tomando el GR 8.1 en dirección a Ejulve.