Antiguamente, durante la fiesta de San Antonio, los mozos del pueblo recorrían las calles y casas cantando las albadas, al son de la dulzaina, una costumbre que se ha ido perdiendo con los años. Las albadas eran estrofas típicas cantadas en la localidad de Bordón y se cantaban en todas las casas. Unas eran inventadas y otras no, pero casi todas iban dirigidas a personas en concreto. Contaban, al ritmo de la jota, algún hecho que había sucedido a lo largo del año.
Los dulzaineros comenzaban la ronda en la Iglesia cantando a San Antonio y a la Virgen María y continuaban por las casas de la localidad. Los mozos finalizan el acto diciendo «mañana iremos a por el aguinaldo a las ocho de la mañana«.
Hoy en día aun pueden verse varios de estos textos encima de la puerta de algunas casas, inscritas en placas de cerámica.