Es una iglesia de planta irregular, debido a la ampliación que sufrió en el siglo XX. Construida en mampostería y sillería (fachada), los elementos más destacados de su exterior son la torre de dos cuerpos situada a los pies de la iglesia y, especialmente, la portada barroca, en arco de medio punto, sobre la que se abre una hornacina rematada por un frontón; ambos huecos están flanqueados por flamantes columnas salomónicas exentas sobre elevadas basas.
El interior alberga la talla románica de la Virgen del Agua, que “se apareció” en El Llovedor en 1179. Durante la guerra civil la escondieron tal como la conservaban, con peluca y manto. Como se partió la cabeza del niño, le pusieron una cabeza de angelote barroco. En el año 2011 se le quitó a la Virgen el manto y la peluca y restauraron el niño acorde con la talla románica.