El lavadero de Luco de Bordón se encuentra antes de entrar al pueblo, y a él se accede por una senda, enlosada en parte, que baja a la izquierda, al lado de una torre de la luz. Se trata de un espacio cerrado por tres de sus lados y cubierto por un tejado a una vertiente. Consta de una sola poza grande con un tosco borde para el lavado y frotado de la ropa, y tiene unos maderos en cuadro, que cuelgan sobre la poza sujetos por dos hierros que bajan desde el techo, que servían para escurrir la ropa y no volver a casa con tanta carga.
El lavadero se cree que es del siglo XIX, pero es difícil de determinar. Al entrar a la derecha hay una especie de “fregaplatos” con dos pozas donde hay un circuito de agua que al parecer se utilizaba para limpiar tripas en la matanza. El agua entra a las dos pozas por el mismo sitio, pero se podía regular colocando un tapón (de corcho o madera) en la entrada del agua para que fuese a la primera poza o, por un canalillo del borde de la primera, a la segunda poza.
El agua de los lavaderos entra por debajo, por el suelo, como vasos comunicantes, cuando lo habitual es que lo haga por arriba.
Los vecinos, que tratan de cuidar su patrimonio, han arreglado un poco el camino, cubriendo parte del mismo con losas de piedra.
