Al lavadero antiguo de la localidad, situado en las calles altas, se accede por una escalera situada en el lado derecho. Consta de una pila poligonal rematada con alero, adosada a un muro de piedra en uno de sus lados cortos. La pila está divida en dos partes por un pequeño muro interior que permite el paso del agua de una a otra. Esta llega a través de un canal que la lleva de la fuente al lavadero. Por encima del lavadero hay una barra metálica que es sostenida por varios pilares y que sirve para colgar la ropa.
En la parte nueva del pueblo hay un lavadero más nuevo y con mayor capacidad. Es un edificio en L al que se accede por dos puertas, una en cada extremo. Está abierto por el interior con arcos de medio punto para facilitar la entrada de la luz. Cuenta con dos pozas, una de lavado y otra más grande de aclarado, con una altura de poco más de un metro para evitar lavar de rodillas. El perfil de estas pozas estás rodeado de un barandado que se usaba para escurrir la ropa y que así pesase menos al llevarla a casa.
Con la llegada de las primeras lavadoras, estos espacios fueron quedando en desuso, aunque algunas mujeres siguieron lavando allí mantas y alfombras, que eran demasiado grandes para meterlas en la máquina. En la actualidad ambos lavaderos están restaurados y no tienen uso.