En 1816 se creó una escuela de niñas en un salón de la casa de la mandada, propiedad del convento, que todavía se conserva. Esta escuela era para niñas del pueblo, pero, si había espacio suficiente, podían asistir niñas de fuera, escogiendo a las más pobres y necesitadas. En el origen, las monjas porteras fueron las maestras, con un riguroso protocolo de inicio y fin de las clases, para que no se rompiese la clausura. En 1858 se toma el acuerdo de reedificar el inmueble derruido denominado “la Cofradía” para albergar la escuela de niños en la calle mayor.
Más tarde, la escuela ocuparía un nuevo edificio frente al Portal del Estudio, extramuros, que todavía conserva la inscripción: “ESCUELA DE NIÑOS”. Hoy se expone, en lo que fue la sacristía del convento, el mobiliario y dotación de la escuela de niños, donde destacan el ábaco y la mesa del maestro.