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Primeros pobladores y Arte rupestre levantino

El Arte Rupestre Levantino en Aragón (entre 6000 y 2500 a.C.) es una manifestación cultural única que corresponde a una sociedad de cazadores-recolectores, y más tarde agricultores, que habitaron las principales sierras y paisajes montañosos de esta Comunidad Autónoma entre los momentos finales del Epipaleolítico y los inicios de la Edad de los Metales.

La andadura del ser humano por tierras del Maestrazgo estuvo marcada, en sus comienzos, por la búsqueda de protección y de alimento. Los grandes abrigos rocosos en valles como el del Guadalope protegían de las inclemencias meteorológicas. El territorio circundante proporcionaba abundancia de caza y la posibilidad de recolectar frutos silvestres.

El núcleo del Alto Guadalope y Maestrazgo se compone de los siguientes yacimientos: Abrigo de la Vacada, Arenal de La Fonseca, Abrigo del Arquero, Torico del Pudial y Friso Abierto del Pudial en Castellote todos ellos, y El Cantalar en Villarluengo. De este grupo debemos señalar por su espectacularidad y estado de conservación el bóvido del Torico del Pudial en Castellote.

Las representaciones de este tipo de arte rupestre son de carácter naturalista y figurativo, entorno a dos grandes temáticas: figuras de animales de caza y representaciones más o menos geométricas de carácter simbólico o abstracto. La figura humana cobra un protagonismo no había tenido en épocas anteriores. Es por esto que la mayoría de estas pinturas representan danzas, recolección de alimentos, caza, lucha, escenas ganaderas o protoganaderas…

El tamaño de las figuras no es muy grande, de 10 a 12 cm de media, aunque hay algunas excepciones. Las representaciones de animales, sobre todo las que aparecen aisladas, suelen ser de un tamaño mayor, como el Torico del Pudial, en Ladruñán, que mide aproximadamente 40 cm.

Los colores más utilizados eran rojo, negro y blanco, siendo el primero el más utilizado con diferencia. Este se obtenía transformando el óxido de hierro en polvo y al mezclarlo con un líquido, generalmente agua o grasa, se obtenía la pintura.

Se cree que el instrumento básico del artista levantino sería la pluma de ave, aunque también se ha apuntado que podría haber usado «pinceles» hechos con ramas, machacando los extremos para crear una superficie fibrosa, similar a las cerdas de un pincel.

Yacimientos del Maestrazgo

Abrigo de la Vacada. Este conjunto contiene al menos 72 figuras, con una escena central de un rebaño de bóvidos y además una quincena de arqueros, 4 cabras, 2 ciervos, un asno, un équido, un posible felino y una mujer.

Abrigo del Arquero. Ladruñán. Este abrigo, muy ahumado por haber servido de abrigo donde se encendió fuego, conserva ocho figuras que en la escena principal contienen una mujer con falda corta hasta debajo de las rodillas y un arquero, también una mujer en postura inclinada y otras figuras como un macho cabrío, huellas de animal herido y un arquero.

Abrigo del Torico del Pudial. Ladruñán. Este abrigo tiene tan sólo un toro situado de perfil hacia la izquierda en una tinta plana rojo violáceo.

Friso abierto del Pudial. Ladruñán. Sito a unos 100 metros del abrigo del Arquero, contiene 5 figuras de color ocre calabaza, una cabra incompleta y 4 hombres.

Abrigo del Arenal de La Fonseca. Ladruñán. Conocido antaño como la Cueva del Ángel, se trata de un importante conjunto de grabados levantinos, en el que las pinturas, naturalistas, están muy deterioradas.

Abrigo del Cantalar. Villarluengo. Destaca la escena de caza de un precioso ciervo naturalista por parte de un arquero levantino, así como dos grandes representaciones de bóvidos, así como la figura mal conservada de un posible arquero de grandes proporciones.