No podemos olvidarnos del pan y la repostería de la zona, que ha sabido combinar la tradición con la modernidad. Estos artesanos del dulce elaboran delicias tales como tortas de alma, sequillos, mantecados, almendrados, misterios, carquiñoles, mostachones, harinosos, torticas finas o almojábanas.
Para acompañar las pastas nada como la rica miel sana y natural que producen varias empresas del territorio, las cuales ofrecen miel de varios tipos: romero, tomillo y mil flores…
Pero si hay algún producto gastronómico que represente al Maestrazgo, este es el queso de Tronchón. Se elabora desde antiguo y, aunque no es posible fijar la fecha de inicio de su fabricación, sabemos que en el siglo XVII ya gozaba de cierta fama, puesto que, en 1615, cuando se publica la 2ª parte de «El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha», aparece nombrado en un par de capítulos. Esto nos indica que Cervantes era conocedor del queso de Tronchón, y dado lo despacio que en aquella época viajaban las noticias hay que suponerle ya celebridad al menos cien años antes. Se elaboran tres variedades: quesos curados de cabra y de oveja, y semicurado de oveja.