Pitarque se emplaza en mitad del valle del río Pitarque a 998 metros sobre el nivel del mar. El nombre de Pitarque procede, al parecer, del árabe, y podría derivar de “Abu-Tariq” o “Tareq”. Su traducción podría ser “Padre de la acequia” y, dado que la acequia principal fue realizada por los árabes, cabe pensar que se le diera ese nombre por su importancia.
La historia de Pitarque
Se sabe que el primer asentamiento fue en la zona llamada Pitarquejo y que los habitantes eran Íberos. Más tarde, con la necesidad de protegerse, se internaron en lo que hoy en día es el pueblo de Pitarque. Fue también un asentamiento árabe puesto que la actual iglesia está ubicada sobre lo que fue el castillo árabe.
Se tiene constancia de la existencia de la localidad a partir de la fecha en la que el Comendador de Amposta cedió las tierras de Pitarque al Señor Palacini, allá por el año 1214. Pitarque formó parte de la Baylía Sanjuanista de Aliaga hasta las desamortizaciones del siglo XIX.
Existía en 1914 una fábrica de hilados cerca del río que fue anegada por un desplazamiento de tierras. Sus ruinas son hoy llamadas “fábricas rotas” y denotan la importancia que tuvieron en la zona. En 1920 se construyó una central hidroeléctrica en el Pitarquejo. Esta abastecía de energía la fábrica textil de Aliaga y a una de harinas y a otra de tejidos de Pitarque. Desgraciadamente, la central hidroeléctrica fue quemada por los maquis en 1947, lo cual significó el fin de 65 puestos de trabajo en las fábricas a las que abastecía. También en 1947 fue saboteada la central eléctrica situada en la cabecera del río Pitarque. Esta central funcionó desde entonces proporcionando alumbrado público y privado a 43 municipios. Finalmente, en 1965, fue absorbida por la empresa “Eléctricas Reunidas de Zaragoza”.
El entorno natural
El mayor atractivo de la localidad es el conocido como Nacimiento del río Pitarque, a 5 kilómetros aguas arriba. El nacimiento es una gran surgencia kárstica, un punto en el que emerge el agua subterránea recogida en el enorme depósito natural que forman las calizas cretácicas de la Lastra y la Sierra de la Cañada. Es uno de los principales puntos turísticos de la comarca por ser Monumento Natural.
Entre el nacimiento y el pueblo de Pitarque, el valle es un paraje frondoso poblado por vegetación rupícola en su fondo y por una singular asociación de rebollos, arces, avellanos, boj, guillomos y rosales silvestres en sus laderas. Todo ello presidido por el vuelo giróvago de la numerosa colonia de buitres que habita en las paredes del Nacimiento.
Dos túneles horadados en la roca a principios del siglo XX permitieron salvar los estrechos del río. Además, facilitaron el acceso por carretera a este pequeño municipio. El espacio abierto y luminoso entre estos estrechos es el conocido como Pitarquejo, donde también hay varias vías de escalada.
El pueblo
El casco urbano ocupa dos colinas y la vaguada intermedia. Está presidido por la iglesia de Santa María la Mayor; obra neoclásica de 1818, “quizá el último edificio construido bajo la influencia económica de las órdenes militares en Teruel” (Santiago Sebastián, 1972). Del resto del conjunto urbano destacar su arquitectura popular, el horno, el lavadero, la fuente, un peirón y el edificio de la herrería. También hay una casona del siglo XVIII en la calle Baja, con un escudo pintado, un par de ermitas, la de la Virgen de la Peña, de camino al nacimiento, y la de San Cristóbal.