Buscar

¿Conoces las masías del Maestrazgo?

¿Conoces las masías del Maestrazgo?

Masía de Fortanete

Cuando recorres las carreteras y senderos del Maestrazgo encuentras cientos de casas de campo dispersas por todo el territorio. Se llaman mas, masías o masadas y son las construcciones rurales más representativas del Maestrazgo, símbolo de modos de vida tradicionales, de una peculiar forma de explotación agropecuaria del territorio y de adaptación a las duras condiciones de vida que impone el medio. Aunque en su mayor parte se hallan deshabitadas, constituyen un valioso patrimonio cultural de nuestros pueblos, contribuyendo, además, a configurar un paisaje rural donde se ponen de manifiesto las estrechas interrelaciones que se establecen entre el hombre y el territorio que habita.

La masía la componen la casa principal y edificios anexos tales como pajares, corrales, cuadras, patios, etc., además de una serie de espacios diferenciados en función de la producción: los cultivos de secano, la huerta, el área de pastos, el bosque, etc.

Las más antiguas de estas construcciones datan de la Edad Media, pues ya la Orden del Temple daba permiso para habitar en “mansos cercanos”. De esta forma se aseguraban cierto control del territorio.

Curiosas son las llamadas “torres fortificadas”. Muy numerosas en esta zona de frontera, se localizan en lugares estratégicos para dominar un extenso territorio y comunicarse entre ellas. Las más antiguas son macizas y esbeltas torres defensivas, posteriormente, conforme pierden su función, pierden altura y se convierten en un símbolo de prestigio, añadiéndoles en ocasiones escudos nobiliarios y otros elementos decorativos.

Pero la gran mayoría de las masías datan del siglo XIX y principios del XX. En esta época hubo una fuerte presión demográfica y se roturaron numerosas tierras, por lo cual muchas grandes masías se dividen en “masicos”, casas más pequeñas, que albergarán a familias más reducidas, pero que contarán con todo lo necesario para vivir: corrales, pajares, pastos, bosque y terreno cultivable.

Algunas de estas masías se han convertido en alojamientos turísticos. En ellas puedes hacerte una idea de cómo era la vida antaño, pero con todas las comodidades de hoy.