Uno de los pueblos más pequeños del Maestrazgo es La Cuba, con apenas 6,51 km² de término municipal y alrededor de 43 habitantes. Linda con Mirambel y con los municipios castellonenses de Portell y La Mata.
En el conjunto arquitectónico de La Cuba, al lado de la Casa Consistorial, se encuentra un curioso elemento patrimonial. Se trata del Pilliric o Pellerich, una piedra octogonal sobre una base plana también octogonal. Con esta forma, similar a las molas de las cruces monumentales, es único en Aragón. En la Comarca del Maestrazgo no se conservan más, aunque queda memoria de otros en Fortanete o Mirambel y en Olocau del Rey, Culla y Vallibona, estas tres últimas en la provincia de Castellón.
Los pelleric o picota servían para aplicar castigos corporales y para exhibir la culpa. Las penas más graves como asesinatos o robo de mujeres para las Baylías (territorio que se corresponde en parte con la actual comarca del Maestrazgo) acababan en la horca, garrote o descuartizamiento. Las más leves eran multas económicas. Entre los primeros y los segundos, en el pelleric las penas consistirían en los azotes estipulados según el delito, horas atados al sol, y otros castigos físicos. Los Fueros exigían que las sentencias se ejecutasen públicamente en lugares concurridos, como es el caso de La Cuba delante de las casas del concejo y que, a la vista de todos, los alguaciles pregonaban sus delitos. Los atados en el pelleric llevaban un cartelón donde mostraban porqué se les castigaba.
En el centro de la piedra hay un agujero cuadrangular que podría servir para encajar un vástago de madera donde atar al reo. Aunque no se sabe con exactitud cómo debió usarse ya que debió de perder su función en el siglo XVIII.
Los pellerics (picotas en castellano), tienen su origen en la Edad Media y eran la muestra de que el lugar tenía autonomía administrativa y jurisprudencia penal. Gran parte de los pellerics de la península desaparecieron después de que las Cortes de Cádiz declararan en 1811 la abolición de los privilegios exclusivos, privativos y prohibitivos provenientes de señoríos, vestigios de las antiguas justicias particulares.
Así, cuando visites La Cuba no dejes de acercarte a conocer este elemento tan curioso donde imaginar los castigos que se infringían en el pasado. Te invitamos a que des también un paseo por sus calles, acercarte a la Iglesia de San Miguel, la nevera, el Centro de Interpretación del Esparto, donde se habla de la industria de la localidad en épocas pasadas, y donde también puedes encontrar la recreación de la antigua escuela, y la Casa Museo del Obispo Alfonso Milian.
Más información sobre el pellerich en el Museo Virtual del Maestrazgo.