El Hospitalico se cerró antes de la Guerra Civil y el edificio no tuvo uso hasta que se reforma en 1995, momento en el que se trasladan los bienes que contenía. En 2018, la Asociación Cultural de Tronchón abrió las arcas del hospital que se encontraban en los bajos del ayuntamiento desde su traslado. El ajuar del hospital de Tronchón es especialmente valioso por la cantidad y variedad de piezas y su excepcional estado de conservación, que lo convierten en único en Aragón.
A partir de ese momento, el ayuntamiento solicita ayuda a la Comarca del Maestrazgo. Se piensa en recuperar el espacio del antiguo hospital recreando su función a partir del ajuar.
Así, en el espacio del Hospitalico podemos encontrar camisas de mujer y de hombre, vendas, algodón, paños, toallas, mantas y sábanas que se guardaban en las arcas. También se guardaron jergones, colchones, almohadas así como una camilla de madera encordada, otra con funda y otra más para trasladar enfermos.
Podemos hacernos idea de cómo fueron las atenciones hospitalarias a partir de la existencia de un buen número orinales y escupideras, un hatillo con numerosas vendas y paños para la menstruación, así como toallas e incluso una bañera de zinc y una silla de barbero que el cirujano estaría obligado a usar para afeitar los sábados, domingos y vísperas de festivos.
Para la elaboración y reparto de la comida se necesitaban numerosas piezas de ollería que no se han conservado. Y para servirla quedan pucheros, jarras, una tortera, un frutero, platos y tazas de porcelana de diferentes momentos. Algunas de las piezas cerámicas probablemente procedan de los obradores locales que tuvieron una amplia producción hasta bien entrado el siglo XX y un alto grado de sofisticación. En los hospitales de la comarca se solía repartir una escudilla de sopa y algo de chocolate
