Allepuz

Oleadas de ejércitos liberales
y carlistas

Allepuz podría ser el prototipo de pequeña población periférica envuelta en una dinámica de guerra cada vez más exigente. Situada en un punto de transición entre el Maestrazgo y el valle del Alfambra, esta localidad no ocupaba un enclave estratégico. Pese a ello, sus habitantes vivieron los ecos de acontecimientos militares tan importantes, como la Expedición Real en 1837, el sitio sobre Morella en 1838 o el asalto final del ejército liberal sobre las capitales del Maestrazgo en 1840.

La información

La Expedición Real

Camino de Madrid

Guerrilleros de otras guerras

La información sobre la presencia de columnas o partidas resultó clave para el desarrollo de la guerra. 

En la primavera de 1837 salió de Navarra una gran expedición militar de 14.000 hombres que llevaban al frente al propio pretendiente carlista. 

El infante don Carlos llegó finalmente, después de un periplo por tierras castellonenses al «reino mágico de Cabrera» del que hablaba el barón Rahden. 

La Primera Guerra Carlista (1833-1840) fue una más en la secuencia de guerras contrarrevolucionarias que los españoles habían vivido desde la Guerra de la Convención (1793-1795)…

Las autoridades liberales exigían a los ayuntamientos que notificaran «la dirección o situación de las facciones, bien estén reunidas o en dispersión, especificando su número y jefe que manda, si son de infantería o caballería, qué clase de armas llevan y demás pormenores» que les permitieran dirigir con acierto las operaciones. Los carlistas amenazaban con los peores castigos a quienes cumplían con estas órdenes. A pesar de los riesgos, en 1838, fueron vecinos de Allepuz los que llegaron hasta territorio liberal con noticias recientes sobre el fracaso de la operación militar sobre Cantavieja y Morella.

Su intención era recorrer los territorios donde don Carlos tenía más apoyos, antes de lanzar un golpe decisivo sobre Madrid. Desde el momento en que Cabrera tuvo noticia de su salida se esforzó por reunir en los almacenes del Maestrazgo todos los víveres y recursos necesarios para abastecer a la tropa en su etapa turolense. El 23 de junio se encontraba en Allepuz con los batallones de Tortosa y un escuadrón de caballería cuando llegó el capitán Gamundi con la noticia que estaba esperando: la Expedición Real iba a cruzar el Ebro. El día 29 debería estar posicionado en la orilla derecha y tener las lanchas preparadas para que las tropas carlistas pudieran cruzar el río.

La corte se estableció en La Iglesuela el 22 de julio, pero un contingente de tropas tan numeroso obligó a los carlistas a distribuir a sus hombres por todo el territorio y procurar su alojamiento en diversas localidades de la zona. Por su cercanía a los principales puntos del Maestrazgo carlista, Allepuz fue uno de los pueblos que ofreció acogida a las tropas expedicionarias. Tres semanas más tarde pasaría no muy lejos de aquí el enorme contingente rebelde que, con paso vacilante, se dirigía a Madrid.

…y que tenía uno de sus hitos más importantes en la Guerra de la Independencia (1808-1814). Algunos guerrilleros llegaron a la guerra carlista con una larga experiencia de combate en estas lides. Uno de estos era el cura Merino, que había labrado su prestigio luchando contra los franceses y contra los constitucionales del Trienio liberal. En el verano de 1838 llegó tierras turolenses procedente de Soria y a comienzos de julio pasó por Allepuz de camino a Rubielos.

Los civiles, muchas veces a su pesar, se vieron involucrados en la guerra de información que acompaño a la guerra.
Los civiles, muchas veces a su pesar, se vieron involucrados en la guerra de información que acompaño a la guerra.
Situado en la orilla derecha del río, Cabrera supervisa las operaciones del paso del Ebro por la Expedición Real.
Situado en la orilla derecha del río, Cabrera supervisa las operaciones del paso del Ebro por la Expedición Real.
La Expedición Real a las puertas de Castellón en los primeros días de julio de 1837.
La Expedición Real a las puertas de Castellón en los primeros días de julio de 1837.
Jerónimo Merino (1769-1844), era cura guerrillero célebre por su participación en la Guerra de la Independencia.
Jerónimo Merino (1769-1844), era cura guerrillero célebre por su participación en la Guerra de la Independencia.

La información

La información sobre la presencia de columnas o partidas resultó clave para el desarrollo de la guerra. 

Las autoridades liberales exigían a los ayuntamientos que notificaran «la dirección o situación de las facciones, bien estén reunidas o en dispersión, especificando su número y jefe que manda, si son de infantería o caballería, qué clase de armas llevan y demás pormenores» que les permitieran dirigir con acierto las operaciones. Los carlistas amenazaban con los peores castigos a quienes cumplían con estas órdenes. A pesar de los riesgos, en 1838, fueron vecinos de Allepuz los que llegaron hasta territorio liberal con noticias recientes sobre el fracaso de la operación militar sobre Cantavieja y Morella.

La Expedición Real

En la primavera de 1837 salió de Navarra una gran expedición militar de 14.000 hombres que llevaban al frente al propio pretendiente carlista. 

Su intención era recorrer los territorios donde don Carlos tenía más apoyos, antes de lanzar un golpe decisivo sobre Madrid. Desde el momento en que Cabrera tuvo noticia de su salida se esforzó por reunir en los almacenes del Maestrazgo todos los víveres y recursos necesarios para abastecer a la tropa en su etapa turolense. El 23 de junio se encontraba en Allepuz con los batallones de Tortosa y un escuadrón de caballería cuando llegó el capitán Gamundi con la noticia que estaba esperando: la Expedición Real iba a cruzar el Ebro. El día 29 debería estar posicionado en la orilla derecha y tener las lanchas preparadas para que las tropas carlistas pudieran cruzar el río.

Camino de Madrid

El infante don Carlos llegó finalmente, después de un periplo por tierras castellonenses al «reino mágico de Cabrera» del que hablaba el barón Rahden. 

La corte se estableció en La Iglesuela el 22 de julio, pero un contingente de tropas tan numeroso obligó a los carlistas a distribuir a sus hombres por todo el territorio y procurar su alojamiento en diversas localidades de la zona. Por su cercanía a los principales puntos del Maestrazgo carlista, Allepuz fue uno de los pueblos que ofreció acogida a las tropas expedicionarias. Tres semanas más tarde pasaría no muy lejos de aquí el enorme contingente rebelde que, con paso vacilante, se dirigía a Madrid.

Guerrilleros de otras guerras

La Primera Guerra Carlista (1833-1840) fue una más en la secuencia de guerras contrarrevolucionarias que los españoles habían vivido desde la Guerra de la Convención (1793-1795)…

…y que tenía uno de sus hitos más importantes en la Guerra de la Independencia (1808-1814). Algunos guerrilleros llegaron a la guerra carlista con una larga experiencia de combate en estas lides. Uno de estos era el cura Merino, que había labrado su prestigio luchando contra los franceses y contra los constitucionales del Trienio liberal. En el verano de 1838 llegó tierras turolenses procedente de Soria y a comienzos de julio pasó por Allepuz de camino a Rubielos.