Pitarque

Combates en la garganta
del río

Enclavada en el valle y rodeada de profundas gargantas formadas por la erosión del agua, Pitarque verá pasar por su término en los primeros días de la guerra al barón de Hervés en su huida hacia el Bajo Aragón. Más tarde se apoyarán aquí importantes cabecillas como Carnicer, Cabrera o Quílez. Lugar de refugio cuando los carlistas eran hostigados en lugares más abiertos, será escenario de una de las batallas finales de la guerra.
Fue protagonizada por el coronel liberal Martín Zurbano que, aprovechando que el valle carecía de salida, cercó y derrotó a las tropas dirigidas por el comandante carlista José Saavedra. El resultado fue la destrucción de dos de las mejores compañías de Cabrera y la captura de 428 prisioneros y numeroso armamento.

Secuestro de bienes

El coronel Zurbano

Segura y Aliaga

Sorpresa desde los altos

Para disuadir a los habitantes de los pueblos de sumarse a la facción, las autoridades liberales ordenaron a finales de 1835 el secuestro de los bienes de todos aquellos que se habían ido con los carlistas.

El coronel Martín Zurbano (1788-1845), un militar progresista legendario por su dominio de las tácticas guerrilleras, había llegado al frente del Maestrazgo, a fines de 1839, con la misión de establecer el cerco al fuerte de Segura.

El asalto final de las tropas liberales sobre el corazón del Maestrazgo, es decir, Cantavieja y Morella, pasaba por la toma progresiva de las fortalezas carlistas que perimetraban y protegían el territorio rebelde.

A comienzos de abril de 1840 se estaban desarrollando las operaciones liberales contra el castillo de Aliaga.

En caso de que no los tuvieran, las instrucciones decían que debían ser incautados y puestos en manos de un administrador los de sus mujeres, padres y madres. La población civil, a lo largo de la guerra, fue objeto de presiones ejercidas por ambos bandos, lo que se tradujo en violencias, sacrificios económicos y pérdidas humanas que no estaban en condiciones de eludir.

Su presencia elevó tanto el ánimo de la población que esta comenzó a organizarse para oponer resistencia a las operaciones carlistas sobre el común de Huesa y la plana de Belchite. Entre los méritos reunidos en la guerra carlista en el Maestrazgo figura su contribución a la rendición del fuerte de Segura y la sorpresa de Pitarque.

El primer obstáculo vencido fue el castillo de Segura, que se rindió el 27 de febrero de 1840. Antes de finalizar el mes de marzo, cedió la resistencia del castillo de Castellote. El siguiente escalón lo constituía el asalto al enclave de Aliaga que caería el 15 de abril. En el contexto de las operaciones contra esta fortaleza, dirigidas por el general O’Donnell, Pitarque quedó situado en la primera línea de los combates.

Los carlistas no podían enfrentarse directamente a los sitiadores, pero sí entorpecer las operaciones liberales y animar a los defensores con la esperanza de obtener ayuda desde fuera. Dos batallones carlistas salieron con esta intención desde Pitarque el 5 de abril. El coronel Zurbano, que estaba en Ejulve, se propuso interceptarlos. Mientras aguardaba otras tropas con las que pensaba actuar, descubrió a la columna rebelde cerca de Pitarque y decidió aprovechar la ventaja que le ofrecía su posición. El ataque fue arrollador. Consiguió destruir los batallones 6ª y 7ª de Aragón capturando 419 prisioneros y desbaratando la operación de ayuda a los sitiados de Aliaga. La repercusión de este hecho de armas fue enorme en la prensa.

La economía fue también un arma de guerra que puso a la sociedad en la primera línea de los combates.
La economía fue también un arma de guerra que puso a la sociedad en la primera línea de los combates.
El castillo de Segura fue el primer obstáculo que tuvieron que superar los liberales en su avance sobre el Maestrazgo en el invierno de 1839.
El castillo de Segura fue el primer obstáculo que tuvieron que superar los liberales en su avance sobre el Maestrazgo en el invierno de 1839.
El castillo de Aliaga defendido por los carlistas tenía su origen en el siglo XII.
El castillo de Aliaga defendido por los carlistas tenía su origen en el siglo XII.
Zurbano puso en práctica en los altos de Pitarque su experiencia en la guerra de guerrillas.
Zurbano puso en práctica en los altos de Pitarque su experiencia en la guerra de guerrillas.

Secuestro de bienes

Para disuadir a los habitantes de los pueblos de sumarse a la facción, las autoridades liberales ordenaron a finales de 1835 el secuestro de los bienes de todos aquellos que se habían ido con los carlistas.

En caso de que no los tuvieran, las instrucciones decían que debían ser incautados y puestos en manos de un administrador los de sus mujeres, padres y madres. La población civil, a lo largo de la guerra, fue objeto de presiones ejercidas por ambos bandos, lo que se tradujo en violencias, sacrificios económicos y pérdidas humanas que no estaban en condiciones de eludir.

El coronel Zurbano

El coronel Martín Zurbano (1788-1845), un militar progresista legendario por su dominio de las tácticas guerrilleras, había llegado al frente del Maestrazgo, a fines de 1839, con la misión de establecer el cerco al fuerte de Segura.

Su presencia elevó tanto el ánimo de la población que esta comenzó a organizarse para oponer resistencia a las operaciones carlistas sobre el común de Huesa y la plana de Belchite. Entre los méritos reunidos en la guerra carlista en el Maestrazgo figura su contribución a la rendición del fuerte de Segura y la sorpresa de Pitarque.

Segura y Aliaga

El asalto final de las tropas liberales sobre el corazón del Maestrazgo, es decir, Cantavieja y Morella, pasaba por la toma progresiva de las fortalezas carlistas que perimetraban y protegían el territorio rebelde.

El primer obstáculo vencido fue el castillo de Segura, que se rindió el 27 de febrero de 1840. Antes de finalizar el mes de marzo, cedió la resistencia del castillo de Castellote. El siguiente escalón lo constituía el asalto al enclave de Aliaga que caería el 15 de abril. En el contexto de las operaciones contra esta fortaleza, dirigidas por el general O’Donnell, Pitarque quedó situado en la primera línea de los combates.

Sorpresa desde los altos

A comienzos de abril de 1840 se estaban desarrollando las operaciones liberales contra el castillo de Aliaga.

Los carlistas no podían enfrentarse directamente a los sitiadores, pero sí entorpecer las operaciones liberales y animar a los defensores con la esperanza de obtener ayuda desde fuera. Dos batallones carlistas salieron con esta intención desde Pitarque el 5 de abril. El coronel Zurbano, que estaba en Ejulve, se propuso interceptarlos. Mientras aguardaba otras tropas con las que pensaba actuar, descubrió a la columna rebelde cerca de Pitarque y decidió aprovechar la ventaja que le ofrecía su posición. El ataque fue arrollador. Consiguió destruir los batallones 6ª y 7ª de Aragón capturando 419 prisioneros y desbaratando la operación de ayuda a los sitiados de Aliaga. La repercusión de este hecho de armas fue enorme en la prensa.