Entre la gran variedad de plantas que podemos observar en la comarca del Maestrazgo destacan las orquídeas, grupo botánico, para muchos, desconocido a pesar de ser una de las bellezas del reino vegetal.

Son plantas capaces de vivir muchos años. Florecen una vez al año, según sean las condiciones atmosféricas, y su duración es breve.  La gran biodiversidad del Maestrazgo turolense, y la variabilidad de ecosistemas que comprende, hacen de esta una zona de especial importancia para este grupo de plantas. Aquí la primavera es más tardía que en otras zonas de menor altitud: empieza su esplendor a finales de mayo y se alarga hasta bien entrado el mes de julio

En España se tienen referenciadas 120 especies de orquídeas y en esta comarca se encuentran representados casi todos los géneros de este grupo, con 42 especies. La que podríamos considerar como orquídea emblemática de la zona es la Epipactis cardina, siendo Fortanete el lugar donde se describió por primera vez. Viven en pinares y orlas de bosques y junto con la Epipactis provinciales, única en España, convierten este territorio en único. También podemos observar en la zona una de las orquídeas de menor tamaño: la Goodyera repens, un género de plantas que tienen su espacio natural en el Pirineo.

El resto de los grupos como las Ophrys, Dactylorhiza o las Orchis se pueden ver en otros lugares, pero ese grupo de Epipactis es muy concreto del Maestrazgo.

En los prados y claros de bosque podemos disfrutar de una gran variedad de orquídeas. Unas de las más tempranas en florecer son la Ophrys scolopax, Ophrys castellana, Ophrys sphegodes, Ophrys passionis, Ophrys apifera, Ophrys lutea y Ophrys spe culum. Todas ellas son bastante pequeñas pero su colorido llama la atención entre el verdor del campo.

Entre los matorrales y arbustos donde se forman densas espesuras se refugian muchas orquídeas como las Anacamptis coriophora, Anacamptis pyramidalis, Cephalanthera (C. damasonium, C. rubra, C. longifolia), Orchis mascula y Orchis tenera, que comparten hábitat, pero no el mismo periodo de floración. Así, en el mismo lugar, pero según el momento, podremos disfrutar de unas especies diferentes.

En los prados encharcados podemos encontrar orquídeas del género Dactylorhiza (D. elata, D. fuchsii, D. incarnata, D. maculata), del género Epipactis palustris, única Epipactis que se puede encontrar en zonas húmedas, y las de los géneros Orchis militaris y Platanthera algeriensis. Les acompaña el junco de plata (Eriophorum latifolium), una planta común en la tundra ártica y presente en el Valle del Palomita, Cantavieja y Villarroya de los Pinares.

En el Maestrazgo podemos disfrutar de unas praderas que se mantienen verdes casi todo el verano y de bosques de pinar de montaña donde encontrarnos Anacamptis champagneuxii, Anacamptis morio, Dactylorhiza viridis, Gymnadenia conopsea, Listera ovata y Neotinea ustulata.

El interés que despiertan estas plantas ha contribuido a aumentar la concienciación en la conservación de la naturaleza y poner en valor la riqueza del territorio.

Texto de Conchita Muñoz (a partir de un artículo publicado en la Revista Peirón 29)